¿4 o 6 meses? El Desafío de la Comida de Bebé y Por Qué Terminé Haciendo un "Mix & Match"
Mamá, si estás estresada por el método "perfecto" para la comida de tu bebé, tienes que leer esto. 👇 En mi nuevo post, te cuento la anécdota completa, los hitos de desarrollo que realmente importan (según el pediatra), y por qué dejar de lado los dogmas fue la mejor decisión para nuestra salud mental.
Lolita Rivera
10/7/20253 min read
La Sorpresa de la Cita Médica
El control de los 4 meses de mi pequeño Jamie llegó con una sorpresa que me dejó girando la cabeza. Llevaba meses mentalizándome para la gran fecha: los 6 meses, el inicio oficial de la Alimentación Complementaria (AC), esa etapa mágica (y caótica) donde el bebé descubre el aguacate.
Pero el pediatra, con la tranquilidad que solo da la experiencia, nos soltó la bomba: "Pueden empezar ya".
Mi primer pensamiento, lo confieso, fue la alarma. ¿Tan pronto? ¿No era la regla de oro esperar? Él me explicó algo que, como psicóloga, resonó profundamente: cada bebé tiene su propio timing.
No se trata de la fecha en el calendario, sino de los Hitos de Desarrollo: ¿Mantiene la cabeza erguida? ¿Se sienta con apoyo? ¿Muestra un interés genuino por lo que comemos? Jamie estaba marcando sus propias casillas.
El Primer Gran Dilema: Papilla vs. BLW
Con la luz verde en mano, vino el siguiente quiebre de cabeza de la maternidad: ¿Papillas tradicionales o el famoso BLW (Baby-Led Weaning)?
Investigué ambos métodos. El BLW (dejar que el bebé se alimente solo con trozos de comida blanda) me cautivó. Sonaba a libertad, a respeto por el ritmo del bebé, a esa autonomía que tanto predicamos. Al fin y al cabo, a esa edad, todo va a la boca, ¿por qué no empezar con comida de verdad?
La teoría era hermosa: Jamie podía explorar texturas, llevarse los trocitos él mismo al plato. Y funcionó, claro que sí. Vimos esos primeros intentos graciosos, la coordinación ojo-mano-boca en acción.
El Giro de la Trama: La Realidad y el "Mix de Mamá"
Sin embargo, la realidad de una madre ocupada y el instinto de asegurar que algo entrara en su estómago nos llevó a una conclusión práctica:
El método más efectivo es el que funciona para tu familia.
Descubrí que, si bien el BLW era genial para la exploración y las habilidades motoras, la papilla aseguraba la ingesta de una porción nutritiva en las horas clave.
Así que, sin casarme con ninguna etiqueta, creamos nuestro propio sistema, lo llamo el "Mix Consciente":
Primero, la Exploración (BLW): Empezábamos ofreciendo trozos suaves (aguacate, plátano) para que él jugara, oliera y, ocasionalmente, comiera por su cuenta.
Luego, la Nutrición (Papilla): Terminábamos con unas cucharadas del mismo alimento hecho puré.
Esta flexibilidad fue un salvavidas entre los 4 y los 7 meses. Jamie ganaba autonomía y yo ganaba tranquilidad.
La Lección de la Psicóloga
La clave de la maternidad (y de la salud mental) es justamente esta: no te cases con los dogmas de crianza.
Mi recomendación profesional es que la rigidez en los métodos solo genera frustración y culpa. La crianza no es un examen de "todo o nada".
Tu bebé es el mejor consultor que tienes. Obsérvalo. Si prefiere masticar a los 8 meses (como hizo Jamie al salirle los dientes), ¡adelante! Si necesita ayuda con la cuchara al principio, ¡no pasa nada!
En resumen:
Escucha a tu pediatra, pero sobre todo, a tu bebé. Los hitos de desarrollo mandan.
No te esclavices al BLW, la papilla, o lo que sea. Utiliza las herramientas que necesites.
Alergenos: Introduce los alérgenos uno a uno, tal como nos indicó el médico (menos miel de abeja y leche de vaca antes del año, ¡regla inquebrantable!).
Cuéntame, ¿cuál fue tu gran dilema con la alimentación? Si estás pasando por esto, te invito a compartir esta historia con esa amiga que se está estresando por elegir el método perfecto.
También te dejo aquí abajo algunos elementos que me sirvieron a mi al iniciar la alimentación complementaria.








